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Déficit fiscalLa verdadera sangría por el contrabando está en el norte argentino, no en la 19.640

Algunos políticos centralistas quieren derogar la 19.640 “porque favorece el contrabando”. Pero hacen la vista gorda con el millonario comercio ilegal en el norte argentino. La aberrante descripción de ese flagelo.

En Buenos Aires, el argumento más trillado cuando se intenta cada año bajar la Ley 19640 y los subregímenes que benefician a Tierra del Fuego, es que el sistema es aprovechado por inescrupulosos para contrabandear mercadería, valiéndose de nuestra indispensable promoción industrial, y de esta manera, estafar al Estado.

Esa sangría (que existe, pero en muy exiguas cifras y sería fácil de combatir si se quisiera), más las divisas que el elefante blanco porteño deja de percibir en algunos impuestos de quienes producen en Tierra del Fuego, justificaría para numerosos diputados y senadores, dar de baja el régimen y consiguiente beneficio para la provincia.
Pero esos mismos políticos centralistas parecen no tomar nota de las pérdidas monumentales que sufre el fisco como consecuencia del contrabando en las provincias del norte, donde la actividad ilegal llega a límites sorprendentes en volumen y organización.

Post pandemia, y con los precios de los combustibles por las nubes, creció tanto y se hizo tan visible el contrabando en la frontera entre Misiones y Paraguay, que sólo con lo que se ve a simple vista, y sin contar aún con cálculos certeros, es impensable que los mismos diputados y senadores no reparen en tamaña sangría, estafa flagrante y desnuda que priva de divisas al Estado nacional en sumas considerablemente mayores a las que denuncian en TDF, y encima sin regímenes complementarios que beneficien a la comunidad, en este caso la de la empobrecida Misiones.

Desde fines de 2021, se produce un intenso y creciente contrabando desde Misiones a Brasil y Paraguay, tanto de naftas como gasoil. El descontrol hace que resulte difícil determinar el volumen que se trafica, pero -está claro- es un negocio millonario.

A fines del año pasado, la viralización de videos mostraba con claridad cómo se comercializaba de manera ilegal el combustible en plena frontera seca entre Bernardo de Irigoyen y Dionisio Cerqueira, donde la Policía Federal de Brasil (Receita Federal) suele informar de incautación en las rutas. También es verdad que en forma constante tanto Gendarmería Nacional como Prefectura Naval argentina continúan incautando, tanto por tierra como en inmediaciones al río Paraná o Uruguay, tanques y bidones con combustibles destinados a Brasil.

Así se informan los contrabandistas en los grupos de WhatsApp, con nombres muy curiosos.

Aceitada logística

Donde no para el negocio de llevar nafta y comercializar -al contrario, aumenta- en forma diaria es hacia Paraguay. Eso que similares imágenes y videos circularon y circulan de manera constante sobre el modo en que se trafica de manera ilegal el combustible hacia Encarnación por el puente Internacional San Roque González de Santa Cruz. A ello se suman las crecientes colas de motos y autos registrados en las estaciones de servicios en zonas fronterizas como ocurre en Posadas.

Justamente por el puente internacional, las motos cruzan hasta 20 veces por día, es un ir y venir constante y el auto, que se mueve con mayor lentitud por la extensa cola, puede hacer hasta seis viajes diarios con el único fin de transportar combustible.

La diferencia de precios, al estar subsidiado en el país, es enorme. Por caso en Posadas la nafta súper se vende a 169,90 pesos y en Encarnación a 325 pesos, esto supera el 94%. Lo mismo que la nafta premium, ahí la diferencia oscila en 85%, ya que en la capital provincial se consigue a 199,90 pesos y en Paraguay a 368 pesos; en tanto en el caso de diesel, la diferencia oscila en 46%, ya que de este lado se vende a $219, 90 y del otro lado del puente, a 321 pesos.

Hasta acá lo más evidente y, por lo tanto, se entiende que están en pleno conocimiento de las autoridades. Pero lo que parecen acciones aisladas, resultan que no son casuales y menos improvisadas.

Así lo dejan evidenciados los mensajes que circulan en grupos de WhatsApp, en cuyas comunicaciones van detallando que el cruce con combustible de contrabando requiere de una logística previa, desde evaluar el momento oportuno para cruzar, conocer quiénes hacen controles más duros en la Aduana y quiénes son los más flexibles, para largarse en moto o auto y aprovechar para transportar combustible de manera ilegal.

Al respecto, no hay respuestas ni comunicación alguna por parte de la Dirección General de Aduanas, si conocen de estas estrategias, si analizan tomar medidas o por lo menos, si consideran que con ello se expone a quienes trabajan en la dependencia. Ante el silencio, el negocio ilegal florece.

Viejas prácticas y tecnologías

Atrás quedaron las viejas prácticas en las que las personas que trabajaban en el paso (como se le dice en la jerga fronteriza) se largaban y cruzaban al azar el puente sin saber lo que les depararía el destino, encontrándose del lado argentino recién con la “noticia” de que habían cambiado la guardia aduanera, y que ya no estaba muy bueno cruzar.

Las paseras en esos casos deambulaban por el centro de fronteras antes de los controles migratorios y aduaneros y veían el momento propicio para poder realizar el cruce evadiendo los controles.

Hoy existen varias plataformas digitales que sirven al propósito de quien busca “hacer pasar” combustible en forma ilícita (en bidones o en tanques modificados, tanto de motocicletas como autos) o también esquivar los requerimientos legales necesarios para poder trasponer la frontera con un automóvil en regla.

Desde grupos totalmente abiertos en la red social Facebook, como también en grupos ultra cerrados (o no) de la plataforma más conocida para comunicarse entre las personas: el WhatsApp. Sólo se necesita un teléfono celular de mediana gama para poder entrar en el gran negocio de ser “informante” y estar informado.

La diferencia del precio del combustible a uno y otro lado de la frontera, despierta la tenatción.

Se supone que en esos grupos cerrados de WhatsApp ingresan solamente los paseros, pero la realidad indica que cualquier persona podría estar integrando la red, y a su vez conociendo todos los pasos que se estarían dando allí.

Pareciera que tampoco es algo que les saque el sueño a quienes ejercen el cruce ilegal. Ni hablar de algunos aduaneros que también estarían en conocimiento de ello.

Los grupos de WhatsApp

En los grupos de WhatsApp fluyen los datos para los paseros.

La información que manejan sirve para ambas orillas, y sus respectivos controles. “Ahora mismo pasé hace dos minutos. Está Florentín carril 1. En el carril 2 está Tony y en el carril 3 que se habilitó está Alicia”, comenta una mujer en uno de los grupos, haciendo referencia al control aduanero en la ciudad de Encarnación (Paraguay).

Otra señora se anima a consultar antes de emprender el viaje: “Hola, hola ¿Alguien que ya pasó en un ratito o que va a pasar ahora, que pueda dar la información de quién está en la Aduana?” Y, otro interlocutor se suma con otra consulta: “Lado Paraguay ¿quién está controlando?”.

Todo se vuelve un ir y venir de preguntas y más preguntas, hasta que alguien por fin tira la respuesta tan deseada. “Hola gente cómo están. Esas dos personas están en la Aduana Paraguaya, sin problema. No revisan mucho. Miran, miran así nomás, tipo que abren el baúl para la cámara nomás. No revisan mucho las dos mujeres, estas que están ahora”, sentencia el mensaje.

Existen varios grupos de Whatsapp con nombres tan peculiares como reveladores: “Info Aduana Py/Arg”, “Como está el puente”, “Info Puente”, son apenas ejemplos, de los que están activos. Algunos con el nombre que denota el tema específico que se tiene que tocar allí, y otros que conjugan información sobre controles aduaneros y un tema no menor, bastante recurrente y de un accionar muy peligroso, como son los “adelantamientos” indebidos en el viaducto.

Una mujer, siempre en uno de los grupos de Washapp, pregunta “Quién en la Aduana argentina ahora…” a lo que rápidamente le contestan: “Lado buffet. 1 Teté. 2 Marito, 3 Arielito. 4 Carioca”.

Quienes integran estos grupos interactúan como si fueran una cofradía cerrada, definiendo y etiquetando con nombres específicos a los encargados del control aduanero en ambas orillas. Así, todos manejan el mismo “idioma” y pueden identificar rápidamente a los aduaneros, para ver si da para cruzar o esperar el cambio de turno del personal actuante.

De esta manera, en distintos momentos y horas del día, se repiten las mismas preguntas: “¿Alguien sabe los carriles en Argentina?”, comenzando un diálogo interminable como si estuvieran en una tertulia familiar en alguna casa, pero con la misma finalidad: saber en qué carril meterse para no ser controlado.

Otra mujer responde: “1 Guille, 2 Segovia, 3 Marino” a lo que otra persona requiere más precisión: “¿Lado buffet o lado colectivo?”.

Rápidamente otro interviene en la conversación: “Lado buffet dijeron en otro grupo, están los antiguos”. La comunicación continúa. “¿Qué tal revisa el carril 8 a los que ya pasaron?”. Una mujer responde: “Documentos no pide. Carril 9 no pide nada solo mira el baúl. Carril 8 no pide nada, solo revisa” y, otro remata: “Godoy está en la salida de Argentina”.

Cuando no es buen momento

En otro momento de las conversaciones aparece la advertencia, como si fuera un zócalo informativo de TV. Y la advertencia reza sobre controles más estrictos en la aduana argentina, por lo que no es un buen momento para el cruce, o por lo menos pensar dos veces antes de realizarlo.

Lo normal sería que estos mensajes alertando a los demás integrantes del grupo, surjan porque a uno de los paseros intervinientes en la conversación le tocó la mala suerte de ser revisado exhaustivamente por el personal de Aduanas.

Pero, no estaría ocurriendo así. Al menos, así se puede inferir observando los diálogos que se suceden.

Tal es así que después de esa advertencia, una mujer interviene diciendo “pero la gente no entiende. Se avisó en un sentido para que no se vea que se trabaja…Y todo ese tema”. Y como si fuera poco y no quedara bien claro lo que dice la señora con gran énfasis, agrega: “Por favor, pidieron los jefes (aduaneros argentinos) que no se larguen para no quemarles a ellos también y podamos trabajar tranquilos…Eso nomás”.

Estas conversaciones dejan trascender cierta confianza o connivencia que existiría entre los paseros de combustibles y ciertos, a quienes identifican como los “jefes”, quienes serían, según se infiere, los que les pasarían la información precisa de por dónde cruzar, en qué número de carril de control ir y dónde no tendrían mayores problemas en los controles.

Más de 20 cruces diarios

Muchos de quienes cruzan el viaducto hacia Posadas en busca de combustible para revenderlo en Paraguay, llegan a trasponer en motos hasta 20 veces por día y en auto en promedio hasta seis. Algo totalmente impensado para cualquier persona que intenta cruzar hacia la otra orilla de manera normal y además generando un tráfico totalmente desmesurado en la frontera y un caos interminable.

Para estos paseros, no ven que su cruce desmedido sea un problema. Al contrario, para ellos es un “trabajo” y así lo normalizan. Con ese pensamiento de estar realizando un trabajo, necesitan, además de saber todo sobre los controles aduaneros, poder trasponer el puente lo más rápido posible para así poder ir y volver, la mayor cantidad de veces en el día en el menor tiempo posible.

Para tal fin también utilizan los chats de los grupos de WhatsApp, para solicitar que le hagan algún lugar en la fila. Lo que no piensan o no saben es que ese simple acto de ir adelantándose y colándose donde puedan, ocasiona la ralentización del cruce. Así, ellos cruzan rápidamente, pero los demás vecinos padecen para cruzar sólo una vez hasta 4 horas o más.

Hace un año las fronteras volvieron a abrir luego de los cierres por la pandemia, y nuevamente tanto posadeños como encarnacenos pudieron trasponer el puente San Roque para ver a familiares, pasear o ir de compras. Hasta ahí se vislumbraba un cruce normal, como siempre lo fue antes de la pandemia. Antes, organizar un cruce ágil y rápido era posible, pero ahora nada de eso es posible.

El puente se fue transformando poco a poco en un verdadero caos de tránsito, las 24 horas, los siete días de la semana y los 365 días del año. La balanza comercial, esta vez les favorecía a los paraguayos, gracias a los problemas económicos que viene transitando la Argentina.

Pero el caos reinante en el puente hoy no lo representa el vecino común encarnaceno, quien tal vez cruza el viaducto una sola vez por semana para buscar alguna conveniencia, sino otras personas (cada día más) que vienen llevando una actividad tan vieja como la humanidad: el famoso contrabando hormiga.

Hace un tiempo que el contrabando hormiga es una práctica cuasi normal en la provincia por la gran permeabilidad que presenta la región. Misiones posee más del 80% de sus fronteras con Brasil y Paraguay, lo que la hace casi especial en ese sentido.

Pero hoy nos ocupamos de lo que sucede en el puente Posadas-Encarnación. Una unión de factores hace que el drama de trasponer el viaducto sea todo un calvario: el precio del combustible subsidiado en nuestra provincia, en primer lugar y el Paraguay del otro lado con sus propios problemas de falta de trabajo y combustible por las nubes.

El contrabando hormiga es una actividad claramente ilícita, pero de rasgos costumbristas, muy arraigado en la zona y de larga data entre ambas ciudades fronterizas, pero hoy en día, con el correr de los tiempos, tiene un condimento que lo hace muy diferente a la de antaño, gracias a las nuevas tecnologías.

La cola, otro negocio

Como se indicó, existen numerosos grupos de Whatsapp con diversos fines. Así, se pueden encontrar también grupos como “Lugar en la cola e info” en donde sin escrúpulos los paseros de combustible piden y hasta ofrecen lugares en distintas partes del puente para quien se atreva a adelantarse a las filas de autos, vulnerando derechos de quienes sí hacen las cosas legalmente y bien, esperando pacientemente su turno. A la vista de todos, estas situaciones provocan mucho malestar.

Estos adelantamientos indebidos en las filas del puente, se pueden observar a cualquier hora del día, pero se acrecientan mucho más durante la noche (horario específico donde se largan al cruce la mayoría de los paseros contrabandistas de combustible, volviendo intransitable y muy peligroso el viaducto).

De esta manera, los chats se entremezclan, entre los que consultan sobre los aduaneros y los que piden los lugares como para realizar el adelantamiento ilegal (que muchas veces termina en accidentes sobre el viaducto como ya se ha visto en los últimos tiempos).

“Algún lugarcito en la cola…” pregunta uno de los interesados. A lo que otro interlocutor comenta: “Los muchachos según tengo entendido hay una cámara frente Osito parpadeando. Atento, atención… Asegún (término muy habitual en Paraguay) es un sistema 911…”, alertando a los demás.

Otro rápidamente se pone del otro lado y ofrece su espacio. “Doy lugar en el poste 96”, mientras otro comenta también “tengo lugar en el poste 11, si se animan…” “Poste 39 si alguien quiere, lugar” ofrece otro, nunca gratuitamente.

En toda la extensión del puente Posadas-Encarnación, las jirafas lumínicas poseen cerca de la base una numeración. Esta numeración es la que oportunamente usan los paseros de combustible como código para poder ubicarse en todo el trayecto a la hora de ejecutar el adelantamiento indebido.

Uno de los interesados que se terminó de ubicar cerca de los tensores (cerca de la costa paraguaya) consulta en el chat: “Buenas, alguien que tenga algún (lugar) más adelante por favor. Me quedé en el poste 80”, mientras que rápidamente otra persona contesta “Poste 39 si alguien quiere, lugar”. A lo que otro de los paseros de combustible se anima a preguntar “algún lugar más adelante porfa”.

Así se repiten los pedidos y los ofrecimientos de los paseros de combustible, de lugares en el puente para adelantarse. Lugares que claramente no corresponden y que son muy mal vistos por el resto de quienes también quieren trasponer la frontera, desconociendo estas maniobras de quienes hacen negocio para adelantar a los que comercian en la frontera.

Como se indicó, por el momento, por el caos reinante en el puente, hace casi inviable cruzar a la familia por el simple acto de pasear. La única manera de que se vuelva a un cruce similar a la prepandemia, es que realmente se endurezcan los controles en todos los sentidos y se comience a castigar duramente a quienes intenten realizar actos indebidos sobre el viaducto.

Mientras tanto, sólo resta en ambas orillas mirar a lo lejos el paisaje que devuelve la frontera.

Fuente: diario El Territorio – Misiones