Publicado en

AnálisisEl peronismo desplegado en dosis en busca de su destino

Cada lista contiene alguna dosis de peronismo. Nuevos, viejos, conversos, puros, aspirantes, adherentes y simpatizantes se multiplican en cada boleta. En la variada oferta, destacan una lista 2 y una de auténticos peronistas contenidos en la propuesta de Martín Perez.

Cada lista contiene alguna dosis de peronismo. Nuevos, viejos, conversos, puros, aspirantes, adherentes y simpatizantes se multiplican en cada boleta. En la variada oferta, destacan una lista 2 y una de auténticos peronistas contenidos en la propuesta de Martín Perez.

El vertiginoso armado de las listas de candidatos para las elecciones provinciales del próximo 14 de mayo en Tierra del Fuego, puso de manifiesto distintos posicionamientos internos en cada una de las fuerzas y alianzas en competencia, evidenciando tanto crecimientos como retrocesos en los distintos referentes que ocupan las cúpulas de las fuerzas políticas en la provincia.

En el caso puntual del Justicialismo, como ocurre prácticamente siempre, representantes y referentes de este espacio ocupan lugares expectantes en las nóminas de varios partidos y de distintas alianzas. Hábiles en el buen aprovechamiento de los matices, los compañeros fueguinos participan de casi todas las listas que se presentan, bajo diferentes sellos.

Claro que, lo que para algunos puede significar una apertura, una inteligente ocupación de todo el terreno disponible, para otros implica una cierta imposibilidad de la cúpula de unificar las adhesiones hacia un solo rumbo como destino, provocando la dispersión del peronismo auténtico.

En este escenario, el presidente del partido Justicialista de Tierra del Fuego, el intendente de Ushuaia Walter Vuoto, encargado natural de juntar las cabezas, definir líneas y sumar adhesiones con un objetivo común, no parece haber logrado una performance destacada en esta materia.

Muestra de ello es la elección para primer candidato a concejal de Río Grande a un Walter Abregú sin identificación con el peronismo y que en principio se postulaba para la Intendencia, por el partido PSOL.

Con las listas sobre la mesa, el oficialismo ushuaiense solo logró conformar una nómina con los propios, con los más cercanos, y exhibe como única cucarda el regreso a las filas del PJ de la legisladora Victoria Vuoto como candidata expectante en el sector que lidera su hermano.

Pero el regreso a casa de la inquieta parlamentaria, implicó la contracara de no haber podido sostener la alianza con el partido con sesgo peronista de la familia Colazo: el Verde, que ostenta durante la actual gestión la nada despreciable cifra de tres legisladores encolumnados.

Rápido de reflejos, el intendente y referente máximo de Río Grande, Martín Perez, compartió mesa con los Colazo y les otorgó en dote a su secretario de Desarrollo Económico, Matías Lapadula, uno de sus alfiles con mayor exposición pública, heredero de un apellido ilustre en las filas del peronismo vernáculo.

Pérez, por su parte, a juzgar por la lista de Provincia Grande, que lo respalda para el Concejo Deliberante, ha logrado internamente en su ciudad el acompañamiento de prácticamente todos los sectores del peronismo, inclusive los históricos, reacios a digerir un alineamiento tan cercano con La Cámpora y el kirchnerismo como el que siempre intentó imprimirle al partido el actual presidente.

El peronismo histórico riograndense se resignó a no adherir a la emblemática Lista 2 y encolumnarse, en cambio, detrás de Perez. La testimonial presencia en octavo lugar de la lista de ediles riograndenses del patriarca Esteban “Chiquito” Martínez, así lo evidencia.

Además, la presencia en tercer término de Susana Donatti, funcionaria municipal y otra de las figuras distintivas del justicialismo fueguino.

Juntos, no revueltos

El armado de la propuesta electoral peronista para la Legislatura, también ofrece algunas señales que revelan la inteligente estrategia del mandatario riograndense, a quien más parece desvelarlo la idea de sumar y unir en términos locales, que incursionar en la mala experiencia de sus contrincantes del PRO y de Juntos por el Cambio, demasiado permeables a obedecer lineamientos dictados desde Buenos Aires.

Por eso, salta a la vista que en la composición de Unidos Hacemos Futuro, la totalidad de las y los peronistas intercalados entre los forjistas, cultiva una estrecha relación tanto con Martín Perez como con Gustavo Melella, tan cercana como distante de la conducción provincial de Ushuaia. Inclusive los propios candidatos ushuaienses.

Analizando los detalles finos de la comunión entre los tres intendentes y el gobernador en el operativo reelección que tanto desacomodó a la oposición, se lee entre líneas una composición no tan equilibrada y pareja como pretenden expresarlo las fotos de los cuatro abrazados. El fiel de esa balanza se inclina por ahora levemente hacia Río Grande, exhibiendo un vínculo algo forzado entre Vuoto y Melella, contrariamente al más amable entre el mandatario provincial y el riograndense.

Quizás como en una maquinaria de alta precisión, esa pequeña luz, ese mínimo desfasaje en el mecanismo que hoy resulta casi imperceptible, con el correr del tiempo se haga cada vez más grande y más visible. Como en un motor en donde no todas las piezas ejecutan su tarea en sincronía, más temprano que tarde el desfasaje quedará abiertamente expuesto.

Peronismo o Justicialismo, ser o no ser, el debate recién empieza. Y al menos para esta elección, Provincia Grande es el nombre del peronismo de Río Grande.