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Volteretas de campañaParece que la promoción industrial fueguina cambió de enemigos (y de amigos)

La defensa de la promoción industrial fueguina es estricta responsabilidad del arco político, sindical y social de la provincia. Esa defensa, desgraciadamente, sigue sin aparecer en esa escena. Y nadie vendrá de afuera a abogar por nuestro futuro.

El dinero, el poder y la fama (más cuando marchan juntos), le otorgan a quien los ostenta, la facilidad de acceder a privilegios que no están al alcance de sus semejantes. Como pasa con el veterano periodista político Jorge Lanata, quien se da el lujo de hacer su programa de radio desde su hogar, rodeado de técnicos y columnistas de confianza, en un ambiente que uno imagina impregnado de olor fétido por el humo del cigarrillo que el fundador de Página 12 consume sin solución de continuidad.

En ese lugar, remedo de un estudio de radio, se sentó a la mesa el ministro de Economía y precandidato a la Presidencia Sergio Tomás Massa.

La línea editorial de radio Mitre, la emisora en la que trabaja (e impone condiciones) Lanata, animaba a presumir que el candidato no la pasaría bien durante la entrevista, pero resultó todo lo contrario: el ministro se explayó a su gusto, insultó a opositores, repitió casi sin interrupciones su letanía de campaña y hasta se dio el gusto de basurear al Rolando Barbano, el único de los periodistas presentes en el programa que se atrevió a preguntarle por la inflación.

En ese marco distendido y amable, el ministro de Economía se comprometió a reducir el déficit fiscal y, en ese contexto, reapare4ció el tema de la Promoción Industrial de Tierra del Fuego.

“Voy a volver a presentar la separata” (en el Congreso), aseguró Massa, en referencia al anexo del proyecto de Presupuesto en el cual se incluye un recorte a los beneficios que prevé la Ley 19.640. Recordó que la aniquilación de la Promoción fueguina es un proyecto de la Coalición Cívica, despojándose ligeramente de la responsabilidad, pero ubicándose a años luz de la posibilidad de defender la posición de nuestra provincia.

“Tierra del Fuego en peligro”, subtituló en las redes sociales, junto al recorte del video, el senador de Juntos por el Cambio Pablo Blanco, el único entre todos los funcionarios surgidos de Tierra del Fuego que han salido a poner el pecho (y la palabra) en defensa de la Promoción.

Unos días atrás y desde el otro extremo del ring, tras un viaje de campaña a nuestra provincia, el también precandidato a presidente (pero por la oposición), Horacio Rodríguez Larreta, tuvo palabras de defensa respecto de las fábricas isleñas, de las que dijo «las recorrí, hablé con los trabajadores y me consta que no son simples ensambladoras».

La sucesión de declaraciones viene, sorprendentemente, a dar una vuelta de campana en cuanto a las expectativas que los fueguinos alientan, a horas de las elecciones que comenzarán a definir el perfil político y económico de toda la Nación. Hace meses apenas, los de Cambiemos aparecían (junto al propio Lanata) como los enemigos implacables de la Promoción Económica fueguina y de todo lo que tuviera que ver con el desarrollo de nuestra provincia. Sus referentes locales rogaban para no tener que hablar del tema, por cuanto el recuerdo de Macri y su duro castigo a los fueguinos aún condiciona toda posibilidad de JxC de pelear votos en Tierra del Fuego.

Desde el kirchenrismo, en cambio, todo parecía buenas intenciones y amor a los fueguinos, al menos hasta que Matías Kulfas, el exministro de Alberto Fernández, hondamente comprometido con los negocios del sector textil en la provincia de Buenos Aires, le clavó el puñal en la espalda a las fábricas fueguinas de telas e hilados y las puso en una situación de agonía que aún hoy tiene en vilo a sus trabajadores.

De Kulfas para acá, nadie desde el oficialismo nacional ha emitido opinión o promesa alguna tranquilizadora respecto del tema, como tampoco ningún funcionario local se anima a ponerse en garante del futuro que nos pueda augurar Massa, cuyo casi seguro ministro del área productiva (si llegara a la Presidencia), José De Mendiguren, es otro obstinado objetor de la Promoción Industrial.

Habrá que ver si tanta voletereta proselitista influye en el voto de los fueguinos, pero lo cierto es que -gane quien gane las elecciones- la defensa de la Promoción Industrial fueguina es estricta responsabilidad del arco político, sindical y social de nuestra provincia, porque nadie vendrá de afuera a abogar por nuestro futuro. Y esa defensa, desgraciadamente, sigue sin aparecer en esa escena. El cerco se cierra, los tiempos se agotan, es hora de reaccionar y dejar de creer en falsas promesas.