Todo el mundo aún no sale de su perplejidad. Sobre todo, los medios influyentes y el peronismo en su conjunto. No pueden aún dar crédito a la realidad de que, aún por una mínima diferencia, la persona más votada en todo el país lo haya hecho prometiendo destrucción de derechos y soluciones antojadizas y esquizofrénicas en lo político y en lo económico.
Para muestra basta un botón. El libertario Javier Milei vociferó frente a los micrófonos que el sub régimen industrial de Tierra del Fuego era poco menos que un robo y un antro de corrupción y estafa. Y que sería una de sus primeras medidas terminar de plano con la razón de ser de la provincia más austral. Provincia que lo premió con el primer puesto en las preferencias, holgadamente.
Y hablando de Patagonia austral, vale la pena repasar la performance electoral en una de las provincias que la componen. Con realidades y situaciones decididamente surrealistas, por esta vez no hablamos de la isla de la fantasía, sino de la vecina e inefable Santa Cruz.
Claramente la noticia que más repercute en los medios de comunicación de Buenos Aires es que por primera vez en 40 años de democracia, no será un justicialista de sub raza kirchnerista quien conduzca los destinos de la enorme y despoblada provincia austral.
No lo será porque es uno de los distritos donde perdura la medieval Ley de lemas, que tantas veces le vino de perlas al kirchnerismo. Pero que este domingo, resultó estrictamente en la clave de su dolorosa derrota.
El sub lema encabezado por el recientemente ex kirchnerista Claudio Vidal fue el más votado. Su espacio, y la mayoría de los restantes, cobijaron y contuvieron a una enorme lista de heridos de tantos años de kirchnerismo al frente del Gobierno.
Propios y extraños, ex gobernadores del palo, radicales de toda la vida y hasta un periodista de TN, cada uno con su granito de arena para desterrar el sello K. En definitiva, los alfiles de Alicia y Cristina no pudieron hacer otra cosa que ver cómo sus vecinos y aliados de toda la vida, con sus votos les construían su propia sepultura.
Pero eso no es todo. Vidal es un encumbrado sindicalista del sector del petróleo, habiendo desplegado toda su actividad gremial y política en el núcleo fronterizo de Caleta Olivia y Comodoro Rivadavia. Lo caracterizan como el gran verdugo del kirchnerismo a quien hasta hace 15 minutos formaba parte del espacio. En fin, detalles.
Mensajes en las urnas
Sin embargo, surge un dato que, ante la concreción de tan rutilante destierro, pasó prácticamente inadvertido para los grandes medios.
Aproximadamente un 9,5% de los santacruceños votaron en blanco en el estamento para gobernador, un número alto, pero coincidente con el promedio general del país. Para presidente, ese porcentaje ascendió a un preocupante 28,53%. Pero, lo más insólito está por venir.
La gobernadora actual, Alicia Kirchner, estuvo postulada para una banca en el Senado de la nación. Pero en ese estamento, y en el de diputados nacionales, la abstención de sus comprovincianos superó el 62%. Vaya si quisieron darle un mensaje. Seis de cada diez santacruceños se tomaron el trabajo de insertar el sobre sin esos dos estamentos en la urna.
Otra perlita. El candidato a presidente de La Libertad Avanza logró en Santa Cruz un holgado triunfo, como en prácticamente todo el país. A pesar de proponer terminar con la coparticipación federal, principal sustento de la economía santacruceña, el libertario se alzó con casi el 29% de los votos. En el distrito ni siquiera presentó candidatos a la Gobernación o al Congreso Nacional. Solo, con boleta de una sola faz, Milei se llevó los favores del electorado.
El último dato de color supera todo lo imaginable. Y termina de configurar un escenario francamente surrealista hoy en Santa Cruz. Uno de los candidatos a Gobernador, de apellido Ferrara, se postuló representando un sub lema cuyo nombre es MILEI, Movimiento Integrador, Liberal e Independiente. Ni siquiera está muy claro si son los libertarios santacruceños o si adhieren a Juntos por el Cambio. Pero el propio Milei los desconoció públicamente días atrás, en su recurrente despegue de candidatos locales de dudoso prestigio: “Seguro que, si esos tramposos hacen una mala elección, el operador de Adriancito (no es el único, pero es el más grosero) hablará de mala elección y de que mi nombre estaba en la boleta” comunicó en un tweet reciente. Con el líder de La Libertad Avanza como sigla partidaria, Ferrara logró 2.133 votos. Doble contra sencillo que la mayoría de sus votantes cayeron en tan infantil trampa lingüística.