Por Jorge Federico Gómez
En Tierra del Fuego, la situación económica es todo un misterio, tan fascinante como desconcertante. Mientras algunos se lamentan por la desaceleración económica, otros brindan por lo que parece ser una repentina bonanza.
Y no es para menos: en mayo de 2024, los ingresos tributarios cayeron un 24,8% interanual, reflejando una clara desaceleración. No contentos con esto, las cifras del Monitor FINNOVA de agosto advierten que la pérdida de empleo privado ha sido una constante durante ocho meses consecutivos, acompañada de una caída del 10% en las ventas de supermercados. Todo muy coherente… o no tanto.
Es que, si uno se detiene a escuchar a la secretaria de Industria de la provincia, Alejandra Man, podría pensar que vive en un lugar diferente.
Man asegura que la reactivación de la producción es evidente, especialmente en productos estacionales. De hecho, según sus datos, la industria fueguina se recuperó, con un 4,4% más de empleos registrados entre junio y julio. Ciertamente, una cifra alentadora, si no fuera porque minutos antes leímos sobre esa temida caída en los ingresos tributarios y el persistente aumento del desempleo.

Como si esto fuera poco, el INDEC sorprende con un dato que parece salido de un universo paralelo: en junio, Tierra del Fuego fue la provincia argentina con mayores ventas totales a precios corrientes en supermercados, alcanzando un promedio de 101.165 pesos por habitante. Esta cifra es casi tres veces superior a la media nacional, lo que seguramente hace saltar de alegría a los fueguinos… o al menos a aquellos que logran interpretar esta danza de contradicciones.
Mientras tanto, la diputada Gabriela Brouwer de Koning (UCR) le pidió «una reflexión» al presidente Javier Milei sobre el posible veto a la ley de movilidad jubilatoria, sugiriendo que «la exención impositiva a Tierra del Fuego es del 0,35%, si toca un poquito esas alícuotas estarían los fondos”. Uno se pregunta si esa “reflexión” incluye también el análisis del cúmulo de datos contradictorios que la rodean.
En resumen, en Tierra del Fuego, la economía está en crisis… o quizás en pleno auge. Todo depende del cristal con el que se mire. Aquí, la información parece tan impredecible como el clima austral: un día estás en medio de una tormenta, y al siguiente, el sol brilla con fuerza. Eso sí, nadie parece ponerse de acuerdo en cuál es la verdadera temperatura económica. Y ahí está el verdadero enigma.