Los resultados electorales en Tierra del Fuego desmontan narrativas simplistas y exponen las complejidades de un electorado con realidades socioeconómicas marcadamente diferentes.
El triunfo contundente de La Libertad Avanza (LLA), que se alzó con dos bancas de Senadores nacionales y una de Diputados, no puede leerse como una mera adhesión homogénea, sino como el emergente de una geografía política y productiva escindida.
La brecha entre los comicios de Río Grande y Ushuaia es elocuente: mientras en la primera LLA obtuvo un 34%, en la segunda su performance escaló al 46%.
Para el analista Leonardo Pérez Bustos, esta divergencia no es casual, sino estructural. “Tierra del Fuego no se la puede describir como una sociedad homogénea. Río Grande y Ushuaia claramente son dos sociedades diametralmente opuestas”, explicó en Radio Fueguina, detallando que el 80% de la industria electrónica se concentra en Río Grande, mientras Ushuaia pivota sobre el turismo internacional. Esta disparidad anticipa, a su juicio, impactos diferenciados de las políticas nacionales, pronosticando incluso una posible “migración negativa” desde Río Grande si la apertura importadora afecta al empleo industrial.
La lectura desde el espacio victorioso ratifica un mandato claro. Para el senador electo Agustín Coto, el resultado fue una “ratificación del rumbo” nacional, un respaldo a un ajuste duro que, se promete, dará frutos. “Estos primeros dos años fueron duros. Y ahora viene el momento de empezar a disfrutar los beneficios del esfuerzo”, afirmó, criticando a los dirigentes opositores que, desde su perspectiva, “están en una burbuja”.
Mariano Delucca, armador político del mismo espacio en la provincia, atribuyó el triunfo a un voto “convencido de las reformas que hay que hacer” y a un castigo contundente a la gestión anterior: “La campaña era gestión y no lo supieron ver y se lo cobraron”.

Oposición: Escenario dividido
Del lado de las fuerzas derrotadas, el diagnóstico se centra en la división y en una necesaria, aunque no siempre asumida, autocrítica.
El gobernador Gustavo Melella, cuyo espacio Fuerza Patria logró asegurar una banca en Diputados y otra en Senadores, encaró un balance moderado. “Tan desastrosos no somos, aunque tenemos que mejorar”, afirmó con ironía, reconociendo que “si hubiéramos ido juntos en el campo nacional, hoy hubiéramos tenido una gran victoria” en alusión al espacio disidente Defendamos Tierra del Fuego.
Sin embargo, las críticas más severas provinieron de sus aliados. La legisladora Victoria Vuoto y la senadora reelecta Cristina López, ambas justicialistas, responsabilizaron con contundencia al intendente de Río Grande, Martín Peez, y su frente, por la fractura. “Si íbamos en una lista de unidad, le ganábamos juntos a La Libertad Avanza por 10 puntos”, aseguró Vuoto, quien además denunció una campaña “muy sucia” por parte del sector díscolo. López fue más lejos, calificando a Perez de “traidor” y afirmando que su ego “fue más fuerte que el movimiento del peronismo”.
Desde Defendamos Tierra del Fuego, el candidato Gastón Díaz, si bien reconoció el respaldo de más de 21.000 vecinos, reflexionó sobre la desconexión entre la política y las necesidades cotidianas. “Mientras planteaba proyectos para el Senado, la gente me planteaba problemas más cercanos”, admitió, señalando una “ruptura entre comunidad y Estado” que explica el apoyo a LLA.
Mientras tanto, el diputado nacional electo por Fuerza Patria, Agustín Tita, delineó una oposición basada en la “escucha” y alertó sobre las consecuencias de un gobierno que, consideró, “destruye el Estado”.
En la misma línea, Sebastián Iriarte, jefe de Gabinete de Ushuaia, llamó a una reflexión profunda que vaya más allá de la suma aritmética de votos, reconociendo falencias en la comunicación, especialmente con los votantes jóvenes: “No le hablamos a la juventud”.
El panorama que se configura es el de una oposición fragmentada, que enfrenta el desafío de recomponerse ante un oficialismo fortalecido y una ciudadanía que, según los analistas, hoy prioriza el pragmatismo y las gestiones eficientes.